...y vi el mundo que se abría tras mí mismo...aquí en este corazón, los velos cayeron arrastrando a las palabras, era percepción sin nombre, y así como un espejo, mi cuerpo dejó de tener carne para tener viento, mi sangre se transformó en el océano, mis huesos eran rocas, y mi corazón, truenos...y vi la eterna desaparición del tiempo...
y así sucede y sigue sucediendo, que la sed hoy es agua y este amor, fuego...
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